¿Hay momentos en que te sientes desmotivado en tu trabajo? ¿Estás cansado de la rutina y te sientes estancado? Tal vez te hayas planteado buscar otro trabajo, pero ¿eso realmente va a solucionar tu situación?
Si te gustaría saber cómo recuperar la motivación perdida; ¡tengo buenas noticias! Simplemente cambiando un poco tu mentalidad podrás volver a sentirte más realizado y satisfecho con tu trabajo.
Si te preguntas ¿cómo puedo motivarme en mi trabajo?, procura mirar más allá de los aspectos negativos. Empieza por enfocar tu atención en todo lo positivo que te da tu empleo actual. Dejar de centrarte en ti mismo, y dedícate a ayudar y a servir a las personas que te rodean.
Dicho así suena muy sencillo, pero ¿cómo lo puedes ponerlo en práctica, de manera ordenada? A continuación, ¡te explicamos paso por paso lo que puedes hacer para volver a sentirte motivado en tu trabajo!
Indice de Contenidos
10 consejos “top” para recuperar la ilusión y sentirte bien con tu trabajo
Céntrate en lo positivo
Tal vez pienses que tu desmotivación se debe a que tienes un mal jefe, un salario bajo, o un horario que no te gusta. Quizás te encuentras en un estancamiento laboral, o sientas que tus tareas están por debajo de tus conocimientos y habilidades. A lo mejor, las responsabilidades que te dan no cumplen tus expectativas, y sientes que tu empleo actual no se ajusta a los objetivos que te habías marcado en tu carrera profesional.
Hay muchos factores que pueden causar que te sientes desmotivado en tu trabajo.
Si te preguntas «¿cómo puedo volver a motivarme en mi trabajo?», el primer paso que puedes tomar es cambiar el chip mental. Haz una lista de todos los pros y contras de tu empleo actual. Deja de fijarte en lo negativo, y de sentirte victima de tus circunstancias.
A la hora de sopesar las ventajas y los inconvenientes de tu trabajo, céntrate en todos los aspectos positivos.
Siente afortunado de tener un trabajo, porque hay personas que no tienen. Piensa en lo que puedes hacer y tener, gracias a que tienes un salario a fin de mes. Quédate con todo el conocimiento y experiencia que estás adquiriendo, y en todo lo que te aportan tus compañeros de trabajo.
Comienza por recuperar la esperanza. Convéncete de que volver a ilusionarte con tu trabajo empieza por cambiar tu conducta y por adoptar una actitud más positiva.

Organiza tu puesto de trabajo a tu gusto
Pasamos muchas horas al día en nuestro puesto de trabajo. ¿te das cuenta de que tu entorno afecta directamente a tu estado de ánimo?
Si trabajas sentado, empieza por organizar tu mesa a tu gusto.
Ordénala al máximo, de manera que tengas un espacio lo más despejado posible.
¡Cuánto menos cosas tengas en tu campo visual, más ordenada podrás tener la cabeza también!

Procura que tu silla sea cómoda. Ajusta la altura del asiento de manera que puedas sentarte con la espalda recta, con tus antebrazos formando un ángulo de 90 grados tus hombros.
Regula la intensidad y el color de la luz ambiental. Procura ajustar la temperatura ambiente de manera que te sientas confortable.
Rodéate con algunos objetos personales. Una foto de tus seres queridos, o una planta pueden hacer tu sitio más agradable.
Busca maneras para poder comunicarte bien con tus compañeros de trabajo, y que también te permiten tener la tranquilidad suficiente para llevar a cabo tus tareas, y poder concentrarte cuando sea necesario.
Poner tu puesto de trabajo a tu gusto, y trabajar en un ambiente agradable aumentará tu bienestar laboral de manera inmediata.
Sé proactivo
Volver a sentirse motivado en el trabajo depende exclusivamente de uno mismo. En última instancia, tú decides cómo quieres reaccionar ante las circunstancias que te rodean. Tú decides si quieres ver el vaso medio vacío, o medio lleno.
En vez de quedarte a la expectativa de lo que decida tu jefe, tus compañeros, o tus clientes, coge las riendas y toma la responsabilidad sobre lo que te suceda a nivel laboral.
Ten iniciativa. Investiga maneras para llevar a cabo tus tareas de manera más efectiva, sin que nadie te lo pida.
Busca maneras para aportar soluciones a tu empresa y a tus clientes.
Piensa cómo puedes aportar valor a tus compañeros. Ofrécete voluntario para explorar cómo ofrecer un mejor servicio a los clientes.
Si eres proactivo acabarás siendo más valorado por tu empresa, tus compañeros y tus clientes. Eso ya de por si es un triunfo que te hará sentir mucho más motivado con lo que haces.
Acuérdate de descansar de vez en cuando
Para trabajar lo más a gusto posible es necesario hacer pequeñas pausas de vez en cuando.
Procura para 5 minutos, cada hora para romper con la monotonía y permitir que tu mente se refresque. Levántate de tu silla, date una vuelta por la oficina, interésate por lo que están haciendo tus compañeros.

Desconectar unos minutos para tomarte un café o beber un poco de agua te permite cargas las pilas y volver a tus tareas con frescura.
Celebra el esfuerzo realizado durante la última hora. Romper la monotonía aumentará la capacidad de concentración y mejorará el estado de ánimo. Si quiero volver a motivarme en mi trabajo, es fundamental cuidar mi salud y bienestar primero.
Marca tus límites
En el sentido más amplio, mucha gente se plantea la pregunta de “¿vivir para trabajar, o trabajar para vivir?”.
Tener que trabajar muchas horas extra, o tener un horario excesivo implica renunciar a tu tiempo libre. Si esta situación se prolonga en el tiempo, crecerá tu frustración. Si no tienes tiempo suficiente para tu vida personal, trasladarás esa frustración al trabajo.
En general, trata de buscar un equilibrio entre tu trabajo y tu tiempo de ocio. Y para conseguir ese balance entre tu vida laboral y tu vida personal, lo primero que debes hacer es marcar tus limites en tu horario de trabajo, en tu carga de trabajo, y en las cosas que haces a petición de tu jefe, tus clientes o de tus compañeros.
Reflexiona y define qué es aceptable para ti, y dibuja esa línea en tu mente. Hazle ver a la gente que te rodea cuáles son tus limites.
Si estás ocupado, y alguien viene a pedirte un favor, simplemente di que ahora no puedes, y proponle hacerlo más adelante. Cuando te venga mejor a ti.
O mejor aun; avisa de antemano de que entre tal y tal hora necesitas concentrarte en acabar tu tarea, y que por favor no te interrumpan.
Aprende decir que “no” a todo lo que traspasa tus límites. De manera agradable, pero con firmeza. Verás como aumenta tu bienestar en el trabajo.
Fija nuevos objetivos y retos para motivarte en tu trabajo
Si sientes que los labores que desarrollas están por debajo de tus posibilidades, es fácil sentirse frustrado. Si la situación se alarga, te podrás sentir cada vez más desmotivado.
Fíjate nuevos objetivos. Tal vez dedicarte a mejorar algún procedimiento de trabajo, o alguna habilidad nueva que puedas adquirir para ampliar tu currículo.
Empieza un proyecto nuevo por iniciativa propia, y proponle a tu jefe que lo puedas desarrollarlo en paralelo a tus tareas habituales. Marcarte nuevos retos puede ser el estimulo que necesitas.
Procura fijarte metas lo suficientemente ambiciosos, y a la vez lo suficientemente realizables, para mantener tu motivación.
Al final de cada jornada laboral, acuérdate de lo que hayas conseguido ese día.
Celebrar la consecución de todos y cada uno de tus logros, por muy grande o pequeño que sea, es una manera inmejorable para seguir aumentando tu motivación.
Aprende a vivir con el miedo al fracaso
El mayor desafió al que nos enfrentamos cuando nos marcamos nuevos retos es salir de nuestra zona de confort. Implica asumir un mayor riesgo y enfrentarnos a algo nuevo. Por naturaleza, el ser humano tiende a evitar lo desconocido, y a quedarse en la zona de confort de lo conocido.
Es normal sentir miedo de que no vayamos a conseguir los nuevos retos que nos queramos marcar. Pero el arte está en entender que ese miedo al fracaso que todos sentimos es solo un mecanismo de autoprotección de nuestra mente.
Y ese miedo solo está en nuestro interior. Si aprendes a aceptar ese miedo, y a convivir con él podrás lograr todos esos nuevos retos que te marques.

Sigue aprendiendo
En vez de dejarte llevar por el miedo al fracaso, procura ver tu trabajo y cualquier nueva meta como una oportunidad para aprender algo nuevo.
Empieza cada día dispuesto a incrementar tus conocimientos y habilidades. Enfoca tu atención en pensar qué puedes hacer para conseguirlo.
Invierte en ti mismo, y aumenta tu potencial. Aprende otro idioma, haz un curso de asertividad, o fórmate en el manejo de algún programa informático nuevo. Esas nuevas habilidades no solo aumentarán tu rendimiento y productividad, sino que también te ayudarán a conseguir que te den más responsabilidad dentro de tu empresa.
Si quiero volver a motivarme en mi trabajo, tengo que aprovechar cada ocasión para seguir aprendiendo y superándome como profesional y como persona.

Ayuda a otras personas
¿Verdad que sientes una gran satisfacción cuando consigues los objetivos que te habías marcado?
Pues date cuenta de que ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos te produciría una satisfacción aún mayor.
Porque conseguir un objetivo personal es una satisfacción más pasajera y más superficial, si lo comparas con la satisfacción que sentirías al ayudar a otras personas a conseguir algo que ellos no creían que fuera posible.
Si quieres sentirte más comprometido, realizado y contento con tu trabajo, consigue primero que los demás se sientan así.
Motivarme en mi trabajo; sirviendo a los demás
Una de las elecciones más importantes que hacemos en la vida es si somos líderes o si somos seguidores. Para la mayoría de las personas incluso es una elección inconsciente.
Todos tenemos la oportunidad de ser un líder. Porque para eso solo necesitamos tener seguidores.
Seguidores simplemente son otras personas que eligen ir en la misma dirección en la que vas tú.
Comparten tu visión, y confían en ti porque tú confías en ellos.
Creen que el destino hacia el que te diriges es bueno, también para ellos.
Si te pones al servicio de los demás, automáticamente te conviertes en un líder.
Ser un líder no tiene que nada que ver con que tengas un cargo de responsabilidad o un titulo oficial.
No tiene nada que ver con ser jefe. Porque “tener mando” te da autoridad, pero los que están a tu cargo te obedecen porque se sienten obligados a hacerlo. Ser jefe no necesariamente es ser un líder.
Ser un líder significa que otras personas libremente eligen seguirte, y en vez de desde la obligación lo hacen desde la convicción y la inspiración.
Todos estamos en este mundo para ayudar y servir a los demás.

Solo falta que te des cuenta de ello, y redirecciones tu vida para dedicarte plenamente a ayudar y servir a los demás, a través de tus talentos y tu pasión.
En esencia, la vida es la búsqueda de ser feliz en cada instante.
Todos los seres humanos estamos intentando escalar esa montaña llamada felicidad.
Cuanto más capaz seas de ayudar a otros a subir, más realizado te sentirás.
Cuanto más logres que tus compañeros de trabajo crezcan y consigan mejores resultados, más satisfacción sacarás de tu propio trabajo.
Cambia el enfoque de cómo ves tu trabajo, y el papel que realizas para los que trabajan a tu alrededor.
Ayudar y servir no solamente es ser enfermero, trabajar de camarera o montar una escuela en un país africano.
Ayudar y servir simplemente es aportar valor a los demás.
Pregúntate “¿cómo puedes aportar más valor a tus compañeros, jefes y clientes?”
¿Cómo puedes ayudarles para que ellos consigan mejores resultados?
¿Qué les puedes enseñar?
¿Qué les puedes dar?
Fíjate en las personas que consideras como exitosas.
Cuanto más valor logres aportar a los demás, más te lo recompensará el universo. También económicamente.
En definitiva, para volver a motivarme en mi trabajo y disfrutar de lo que hago, la elección que tengo que hacer es la siguiente;
¿Quiero usar mi trabajo para servirme a mi mismo, o lo quiero usar para servir a los demás?
Y tú, ¿qué eliges?
Todos los seres humanos estamos intentando escalar esa montaña llamada felicidad.
Cuanto más capaz seas de ayudar a otros a subir, más realizado te sentirás.
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